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Nueva Derecha vs. Vieja Derecha, Capítulo 20: Peor es Mejor

15-2-2024 < Counter Currents 16 1518 words
 

Johann Heinrich Fuseli, “The Nightmare,”


1.359 palabras


English original here, see also FrenchGerman


Capítulo 1 aquí, Capítulo 19 aquí


Suena orwelliano. Los Nacionalistas Blancos y otros radicales salpican a menudo sus discusiones políticas con la afirmación de “peor es mejor”. Pero ¿qué quieren decir con eso?


La frase es engañosamente corta y categórica, lo cual puede llevar a uno a pensar que se ofrece como una ley universal. Pero, si uno la toma de esa manera, es un juego de niños “refutarla” con uno o dos contraejemplos. Después de todo, peor es casi siempre… peor.


“Peor es mejor” no es una afirmación universal o categórica. Su significado depende enteramente de su contexto, y sacarla de ese contexto la convierte en un sinsentido, por lo que hacer eso es una forma de sofistería, una forma de obtener una victoria fácil en la discusión.


Cuando un republicano dice “peor es mejor”, normalmente quiere decir que “peor para los demócratas es mejor para los republicanos”. Cuando lo dice un demócrata, suele querer decir que “peor para los republicanos es mejor para los demócratas”. Un rasgo distintivo del pensamiento primitivo ―al que los “modernos” se sienten tan superiores, en virtud de su nacimiento (¡la forma más democrática de esnobismo!)― es que el rey es responsable de las cosechas. Si la cosecha se echa a perder, el rey tiene que morir. El mismo tipo de pensamiento impera hoy en día. El presidente es responsable de la economía. Si la economía va mal, el presidente debe ser reemplazado por otro del partido opositor.


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En un sistema bipartidista, “cuanto peor, mejor” funciona como cheque en blanco para cualquier partido que lo sostenga. Si un partido llegara al poder en base a su programa y promesas, podría sentirse realmente presionado para actuar en consecuencia. Pero, si un partido es elegido simplemente porque no es el otro partido, entonces disfruta del poder no por su propio mérito, sino por el demérito de sus oponentes, lo que significa que puede hacer lo que quiera siempre y cuando parezca lo suficientemente diferente al otro partido.


Y, por supuesto, los Nacionalistas Blancos sabemos que ninguno de los partidos del Sistema es realmente diferente. Tan sólo son cabezas de la misma hidra, títeres del mismo pulpo, máscaras de la misma oligarquía ajena. (Y no me refiero a Kang y Kodos.) Así, el sistema bipartidista se alimenta de sus propios fracasos, rotando los individuos que utiliza de fachada mientras continúa acumulando poder.


Cuando un Nacionalista Blanco se aleja del Sistema y dice “cuanto peor, mejor”, ¿qué quiere decir? Generalmente, quiere decir una de estas tres cosas:


1. “Cuanto peor para el Sistema en conjunto, mejor para los Blancos a la larga.” ¿Por qué? Porque los Nacionalistas Blancos creemos que nunca obtendremos una república Blanca trabajando dentro del sistema vigente. Pero, como no tenemos poder para destruir el Sistema directamente, necesitamos que se destruya a sí mismo. Por lo tanto, todo lo que lleve al Sistema al colapso (depresión económica, corrupción, apatía, cinismo, revueltas raciales, moneda fiduciaria, etc.) es mejor para los intereses a largo plazo de los Blancos que sustentar el sistema actual.


2. “Cuanto peor sea la desposesión de los Blancos hoy, mejor para los Blancos a la larga.” ¿Por qué? Porque se está asesinando a los Blancos lentamente ―con tendencias demográficas que se desarrollan a lo largo de décadas―, de modo que la mayoría de nosotros ni siquiera nos demos cuenta de lo que está pasando hasta que sea demasiado tarde. ¿Cómo se hierve una rana sin que salte de la olla? Aumentando el calor lentamente, para que cuando se dé cuenta de que la están hirviendo, ya sea demasiado tarde. Así, “peor es mejor” en este contexto quiere decir: la aceleración de la desposesión Blanca aumentará la conciencia racial Blanca.


Esto, por supuesto, es arriesgado. Si el proceso se acelera demasiado ―hasta el nivel de El Campamento de los Santos[1]― podríamos vernos desbordados de todas maneras, incluso si recuperamos nuestra conciencia racial. Mi mayor temor es que el Sistema se derrumbe demasiado pronto y los Nacionalistas Blancos no estén en condiciones de tener voz en lo que venga después. Pero incluso esto es menos arriesgado que permitir que nuestra desposesión se desarrolle lentamente.


La forma de desposesión Blanca que es más ventajoso acelerar es la que pertenece al plano simbólico, lo cual crea conciencia al mismo tiempo que, materialmente, nos mantiene en condiciones de poder presentar batalla cuando estemos más dispuestos a ello. Como he argumentado en otro lugar, la elección de Barack Obama fue simbólicamente muy buena para crear conciencia racial Blanca, porque ahora nuestro presidente ya no se nos parece. La elección de Obama también ha vuelto a los Negros mucho más arrogantes, codiciosos y temerarios. Los flash mobs Negros son un reflejo de esto, y son altamente educativos en el plano simbólico sin suponer un coste debilitador en el mundo real.


3. “Cuanto peor esté la economía estadounidense hoy, mejor para los Blancos a la larga”. Los estadounidenses están narcotizados con la prosperidad y el individualismo. Estas drogas nos permiten hacer las paces de forma separada con el sistema que nos está destruyendo. A pesar de las muchas bravatas patrióticas sobre la lucha por la libertad, los estadounidenses no luchamos por nuestra libertad. Huimos por nuestra libertad. Nos movemos hacia otra salida de la autopista a otra subdivisión por nuestra libertad.


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Mientras los estadounidenses tengan dinero, se aislarán con sus seres queridos de la decadencia social y la desposesión racial ―dejando que las masas oscuras acaben con nuestros débiles y desfavorecidos―. Pero los depredadores terminarán ascendiendo por la escala económica y, cuando vengan a por la clase media-alta, no quedarán suficientes Blancos para unirse y resistir contra ellos.


Las dificultades económicas también aumentan el conflicto racial y, por tanto, la conciencia racial. Por consiguiente, cuanto peor se ponga la economía para los estadounidenses Blancos, más rápido adquiriremos conciencia racial y antes nos levantaremos en defensa propia. Es por esto que creo que figuras como Ron Paul, que prometen mejorar la economía pero manteniendo el reemplazo racial, son enemigos mucho mayores para los Blancos que Barack Obama, que parece que podría destruir el dólar en sólo un mandato.


Mucha gente encuentra moralmente objetable la noción de que “peor es mejor” por malvada y vanguardista. Y, a decir verdad, el ciberespacio está lleno de cretinos que se regodean con visiones de sus odiados buenistas y pijo-progres siendo asesinados por turbas Negras para poder troncharse de risa y decir: “te lo dije”. Su Schadenfreude y vanidad herida son palpables. Nuestro movimiento está plagado de gente que, antes que nada, son chalados y odiadores. Ellos vienen al Nacionalismo Blanco porque creen que la propaganda enemiga sobre nosotros es verdad y piensan que han encontrado un hogar.


Pero los verdaderos Nacionalistas Blancos no nos regocijamos con la idea de que “peor es mejor”. Preferiríamos que no fuese así. Desearíamos vivir en un mundo en el que peor es siempre peor. Desearíamos que nuestra gente hubiese prestado atención a las advertencias sobre las locuras del igualitarismo racial y la inmigración no-Blanca por parte de Blancos clarividentes de pasadas generaciones, como Lothrop Stoddard. Pero, por desgracia, pocos oyeron las advertencias, y la mayoría las ignoraron.


La premisa última de “peor es mejor” es el viejo principio “panthema, mathema” (sufre y aprende): la mayoría de la gente no aprende de las advertencias intelectuales, que son abstractas y universales, sino a través de la experiencia, que es concreta e individual. Los buenos padres, por supuesto, quieren ahorrarles a sus hijos sufrimientos innecesarios. Por eso les advierten de los peligros. Pero, aun así, muchos niños sólo aprenden a través de experiencias dolorosas.


Los Nacionalistas Blancos, como los buenos padres, han intentado evitar a nuestro pueblo las tribulaciones venideras. Pero nuestra raza es un sonámbulo que se acerca a un precipicio. Ahora sólo podemos elegir entre horrores: el brusco despertar por la catástrofe o el sueño eterno de la extinción.


Nota


[1] El Campamento de los Santos es una novela apocalíptica francesa de Jean Raspail, publicada en 1973. La novela narra una situación hipotética en la cual una inmigración masiva tercermundista llega a Francia y a Occidente, y termina con la destrucción de la civilización occidental.










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